lunes, 18 de julio de 2011

Colección de Cocina - Despiece del cerdo

Las diferentes piezas de carne que se obtienen del cerdo, así como los menudillos, se destinan preferentemente al consumo en fresco o bien a la elaboración de salazones, ahumados y embutidos. Siempre se ha dicho que es el animal que más y mejor se aprovecha de cara a su consumo como producto gastronómico. Casi todas sus carnes, vísceras y huesos han encontrado un destino culinario.

Las partes más nobles del cerdo son el solomillo y el lomo. El primero, al que los franceses denominan filet mignon, resulta muy adecuado para freír, asar y guisar, lo mismo que el lomo, que además, queda delicioso rebozado y frito. El jamón, que procede de las patas traseras, y la paletilla, que se obtiene de las delanteras, se suelen salar, pero también se les puede sacar un buen partido mediante la cocción al horno. La maza trasera, correspondiente a la carne magra del muslo, se destina por lo común a freír y a hacer a la plancha, lo mismo que las chuletas y las chuletas de aguja. La maza delantera, la parte equivalente a la maza trasera en las patas anteriores, además de para freír, asar y hacer a la plancha, también se utiliza para picar. El bajo se suele
rebozar antes de freír y también se destina a su cocción a la plancha.

Las partes menos nobles del animal, como el magro del cuello, son aptas para rebozar, guisar y picar; el espinazo, para salar o para incluir en cocidos y potes; el costillar, para confitar y como condimento para fideos, arroces y otros guisos; el tocino, para salar, guisar y para hacer manteca y chicharrones. Del tocino entreverado se obtiene el beicon y la panceta, que se pueden salar, freír o hacer a la plancha. El brazuelo y el morcillo resultan idóneos tanto para salar como para guisar o para intervenir en la elaboración de cocidos y ollas. Lo mismo puede decirse de los pies o manos, que quedan muy sabrosos guisados.

Una parte modesta del cerdo pero muy apreciada en gastronomía es el morro o careta, que se puede guisar o asar al horno. Los recortes se emplean por lo general para hacer carne picada y los menudillos (sangre, hígado, riñones, lengua, cabeza, intestinos, oreja, cola, bofe, etc.) o bien intervienen a la hora de condimentar determinados guisos (judías con oreja, por ejemplo), o bien se destinan a la elaboración de embutidos, en particular la sangre, que desempeña un papel muy importante en la preparación de este tipo de productos.